Los titulares de vehículos profesionales que presten servicios de transporte de mercancías o viajeros, ya sea de forma pública o privada, han de cumplir con una serie de requisitos que son supervisados por la Dirección General del Transporte cada cierto tiempo a través de la denominada “Tarjeta de Transporte”. La solicitud de concesión de esta tarjeta, su renovación y cesión conlleva toda una complicada tramitación gestora que ha desarrollarse correctamente para que finalmente sea autorizada, por lo que es muy frecuente que surjan problemas a lo largo del procedimiento que requieran del asesoramiento de nuestros letrados, así como la presentación de escritos de alegaciones y de recursos administrativos.