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No cabe duda de que el concurso de acreedores es una posibilidad nada deseable para una empresa en funcionamiento, pero también es cierto que en ocasiones puede ser la única solución. La situación actual de crisis, provocada por el Covid-19, está generando una evidente falta de solvencia en las empresas, especialmente en pymes y autónomos, los cuales, antes de que la situación se agrave y se torne irreversible quizá deberían recurrir a este instrumento y emplearlo como “concurso remedio”. Eso sí, se trata de una decisión que debe ser meditada y, sobre todo, planificada adecuadamente.